En el momento en el que Eren se me pone en frente plenamente desnudo mientras el agua le recorre y empapa fue una visión muy sensual como para evitarla. Mis ojos le recorrieron despacio, deseosos cual si le acariciasen al rodar por su cuerpo y rostro. Eren es verdaderamente hermoso, imposible no notarlo. La primera cosa que se percibe de manera más impactante es su intensa y verde mirada bajo esas cejas espesas de color oscuro. Tal contraste le hace sumamente distinguible ante el resto. Su suave cabello y voz son armoniosos complementos que intensifican y enmarcan la belleza de su rostro junto con su hermoso mentón apenas perceptiblemente perforado por un hoyuelo que le hace lucir tan deseable. Su cuello y piernas largos y torneados, sus brazos y torso de una delicada y tonificada belleza. Absolutamente todo es bello en Eren. Tanto que mis ojos podrían divagar sin prestar antención a cosas como el tiempo mientras lo exploran.
Entonces me pregunta si deseo que me enjabone.
Este chico realmente me provoca así no sea su intención de forma consiente.
Sus ojos me miraban de un modo que hacía a los míos mirarle de vuelta con una mirada sin piedad, en el sentido de contención a mis deseos provocados por él.
- Si me tocas tendré que volverte a hacer mío Eren. - Mis ojos no podían apartarse de los suyos mientras le dejaba claro cuanto le vivo deseando.
- Así que ten cuidado donde me pones tus manos. - Le advertí dejándolo a su discresión y cerré mis ojos por unos instantes para poderme mantener cuerdo.
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