lunes, 26 de agosto de 2013

Se avergüenza mucho cuando éste le dice el motivo obvio por la que tenía molestias, no es que hubiera querido negarlo, pero le daba verguenza el tema, por eso se limitó a decir que sentía molestias, se sobreentendía de todas formas, igual que la pregunta formulada por éste sobre como se sentía su cuerpo, o al menos fue lo que pensó. Sus mejillas se volvieron a encender y pensó en decir algo, no quería que éste pensara que estaba mal o algo, pero antes de poder pensar demasiado e sus siguientes palabras éste se le acercó y le cargó sorpresivamente sobre su hombro. -¡Eh!- parpadeó sorprendido ante la acción. -P-pero...- calló cuando éste le pidió que no dijera nada que le contradiga, pero no pudo evitar quejarse en voz baja. -Esto no es necesario...- dijo en voz baja, siendo llevado a la cocina y depositado en una cómoda silla, viendo al mayor con las mejillas rojas por oírle hablar de aquella forma de su trasero, aunque por un lado le aliviaba que éste no hiciera como si absolutamente nada hubiera pasado entre ellos, no era como si dijese gran cosa, pero al menos mostraba preocupación, y eso le resultaba reconfortante de alguna manera. -Mi trasero está muy bien, señor- dijo ruborizado, cruzando sus brazos y viendo como éste rebuscaba en los cajones de la cocina.

Le sorprende sus palabras siguientes. -Sé que no miente, sargento, tengo claro que lo hizo por ayudarme, que eso me salvó la vida- dijo de inmediato, no tenía dudas al respecto, no sabía porque ahora salía con eso, ¿había manifestado acaso desconfianza hacia éste? Porque en absoluto había sentido eso, al menos con ese tema, si que se sentía confuso con lo ocurrido aquella noche, pero nada que ver con ese tema. -Confío en usted...- dijo en voz baja, solamente no entendía porque hizo aquello con él, pero no quería preguntar más que nada porque era muy vergonzoso. Lo de cooperación lo entendió con que siempre resultaba cooperativo respecto al escuadrón, claro, no a otra cosa. 

Se le queda mirando cuando dice que va a cocinar algo, viéndole tan dispuesto a ello, se preguntaba si sabría cocinar, más que nada porque le veía un hombre de acción, aunque se daba cuenta de que eso tampoco tenía mucho que ver, Rivaille era un hombre adulto y experimentado. No sabe que decir a todo lo que éste habla y se queda unos segundos callado, mirando su fuerte espalda y recordando lo que sucedió aquella noche, estremeciéndose ante el recuerdo y bajando la vista. Realmente por mucho que mostrara esa preocupación por su estado eso no significaba que tuviera en cuenta lo que pasó, o que no quisiera hacer como si nada, ¿no? Se preguntaba si estaba arrepentido de lo sucedido, seguramente sí, tal vez pensó en su posición y se daba cuenta del error, o tal vez simplemente no es que tuviera que darle demasiada importancia al asunto. -Puedo ayudarle, tengo molestias, pero no es nada malo, puedo moverme bien- dijo levantándose y acercándose a éste. -Tampoco es que estas molestias se debieran a algo malo- susurra en voz baja y ruborizándose. Ahí estaba, acababa de dejarle claro que lo que sucedió no le pareció un error, y se preguntaba si no acababa de hablar de más, tal vez éste se molestara o algo. También le era vergonzoso admitir aquello, admitir que le había gustado.

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