martes, 27 de agosto de 2013

Pronto la comida estuvo servida, y lo cierto es que todo lucía muy bien, y el olor era sumamente apetitoso, le entraba mucha más hambre, y se sentó en la mesa cuando ya estuvo todo sobre la mesa y veía a Levi servir la comida, estando a punto de decirle que lo podría hacer él, pero habiéndolo preparado él prácticamente todo parecía que quería ser quien sirviera. Y mientras veía los platos se relamió los labios, sintiéndose realmente hambriento, se acababa de dar cuenta del tremendo hambre que tenía realmente, aunque contando con que no desayunó parecía algo norma, y más con el ejercicio físico que hizo aquella noche con el sargento. Ese pensamiento le hizo ruborizarse, tragando saliva y cogiendo la cuchara. -Buen provecho, sargento- comentó probando un poco de comida, abriendo bastante los ojos ante el agradable sabor. -Usted cocina muy bien, está muy bueno- dijo en voz baja, comiendo más sin mirarle. Estar así, los dos solos a la mesa, con todo lo ocurrido se le hacía peculiar y se ponía nervioso sin remedio. 

Siguieron comiendo en silencio hasta que Levi dijo aquellas palabras, levantando la vista para verle, sorprendido de ello, pero sonriendo, era reconfortante oírlo. -No creo que me hubiera atrevido a hacerlo yo antes, aunque... ahora que lo sé...- dejó las palabras en el aire con las mejillas rojas, ¿qué estaba diciendo? Por dios, ¿de verdad podía decirse que ambos eran amantes? ¿Lo eran? ¿Lo de aquella noche iba a repetirse? -Oh, gracias- dijo algo perdido con la referencia a su bebida, volviendo a mirarle, no sabía si preguntarle, le daba verguenza y no quería ser atrevido, además de que temía el rechazo o algo así, aunque no parecía que eso fuera a ocurrir por las señales que le mandaba, aunque podría no interpretarlo bien. -Lo de anoche...- empezó a hablar, ruborizándose. -Me gustó...- dijo en voz muy baja, casi podría decirse que imperceptible, metiéndose carne a la boca, lo suficiente para no poder hablar en un momento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario