jueves, 22 de agosto de 2013

No estaba demasiado convencido, aun en la situación en su mente pensaba que no quería tener problemas, que ninguno de los dos tuvieran problemas de ningún tipo, y si el sargento aparecía con heridas en sus labios no sabía como podrían explicarlo. No sabía si alguien podría pensar que entre ambos había pasado algo, realmente no parecía demasiado probable algo así, ¿no? Que entre el imperturbable sargento y ese nuevo recluta que se transformaba en titan pudiera llegar a haber ocurrido algo sexual, pero igualmente seguía pensando que los demás se alarmarían al ver herido a éste y que no sabría como algo así pudiera explicarse bien, ¿qué iba a decir? ¿Que se hirió con un accidente? No era algo que pensara que fuera en absoluto creíble, por eso se frenaba en ese aspecto, porque sobre todo, si aquello iba a repetirse era mejor no alarmar a la gente con aquello, no si de verdad querían volver a repetir aquello, y por su parte, al menos pensándolo en ese momento, si que quería volver a repetir aquello. Por eso prefirió no contestar y limitarse a morderle el mentón, no quería arriesgar demasiado en ese asunto.

En ese momento éste cambió la posición en la que estaban, elevándole y haciendo que quedara sentado sobre sus caderas, sin haber salido de su interior, jadeando agitado y mirándole a los ojos mientras se relamía, gimiendo al sentir las manos de éste agarrarle de aquella deliciosa manera de sus nalgas para moverle de aquella manera, levantándole y haciéndole caer, provocando una penetración rápida y profunda, gimiendo y clavándole las uñas en sus hombros. Se azoró cuando éste le pidió que le montara, pero le pareció una idea excitante, pasando los brazos alrededor de su cuello. -Sí sargento...- susurró acercándose a sus labios para lamerle los labios, se sentía perdido ante éste, completamente adicto a él y a las sensaciones que le hacía sentir.

De ese modo comenzó a mover las caderas. primero suavemente, dándose cuenta de que el dolor ya no existía, que le gustaba, le encantaba y le enloquecía sentirle de ese modo, por lo que aceleró el movimientos de sus caderas para saltar sobre éste, haciendo de aquellas penetraciones algo más brusco y directo, notando como éste se hundía totalmente en su interior, rozando ese punto especial de su interior, provocando que gimiera muy audiblemente. -Sargento...- cerró sus ojos y arqueó sensual y eróticamente su espalda, echando la cabeza hacia atrás. -Me gusta tenerle dentro...- obedeció a su petición, pero no era sencillamente obediencia, era sinceridad, le gustaba demasiado sentirle así, tenerle dentro de aquella manera tan profunda. -Usted... lo hace muy bien... me encanta- se mordió los labios y luego le abrazó con fuerza del cuello, acercándose para pegar más sus cuerpos y unir sus labios en un beso intenso, profundo y fuerte, doliéndole incluso los labios, pero siguiendo aquel beso que se tornó algo agresivo, sin abandonar lo pasional.

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