martes, 27 de agosto de 2013

La verdad es que no se sentía demasiado bien, no se esperaba que éste jugaría de aquella forma con sus sentimiento ni que... espera, ¿sentimientos? Se confundió al pensar en aquello, y prefirió no pensar en ese detalle ni que lo que albergaba hacia ese hombre iba por ese lado, quería pensar que todo era físico sin nada más, por lo sucedido aquella noche, no que aquello iba más allá. Además, no quería pensar en eso porque temía que al final acabara doliendo más de la cuenta, era mejor centrarse en que ese hombre era de verdad estúpido. Cuando le dijo todo aquello pensó en reprimir todas sus emociones y recitarle ese maldito informe de una maldita vez, pero de verdad que iba contra su voluntad simplemente quedarse callado, y eso que era siempre tan sumamente obediente con Rivaille, pero había traspasado una frontera con él que no debía haber traspasado y ahora era un cúmulo de emociones.

Miró al suelo algo tembloroso, con sus manos apretadas en un puño y con los ojos vidriosos, arrepintiéndose de haberse acostado con éste, se sentía utilizado, y que además se había reído de él después de aquello, porque luego había ignorado todo lo que tuviera que ver con el tema, y eso que se había llegado a creer que quería ayudarle, de corazón lo creyó. Y aunque quiso simplemente decir el informe y dejar las cosas en paz, no pudo. -Me pregunto que pensarían los demás de saber que se ha acostado con un cadete nuevo, y con el que estaba a su cargo- dijo con una rabia mal contenida, sin mirar a éste y tembloroso, pero le molestaba que le amenazara cuando él también tenia las de perder con todo aquello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario