Eren ni siquiera se imagina cuan provocativo luce estando encabronado y rebelde. Le escuchaba y me sentía incluso duro de pensar en hacerle saber que eran solo imaginaciones suyas, pero lo que dijo de que podía seguirle ignorando y que haga como si nada que eso se me da bien calaba en el rincón más recóndito de mi psiquis nublada por la tensión, el deseo y adrenalina acumulada sin descargar.
- Si tienes algo que echarme en cara será mejor que me lo eches con todas sus letras o de lo contrario lo consideraré desacato y te pondré una reprimenda severa. Así que dame el puto informe oral, y es la última vez que te lo vuelvo a pedir. - Dije con el tono más imponente que poseo a juego con la misma mirada, pero si Eren decía alguna cosa más, de seguro que no respondería de mí, y lo poeor era que no sabía como, si a golpes o del modo menos apropiado.
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