miércoles, 28 de agosto de 2013

Éste dijo haber notado su pesadilla, cosa que supuso realmente, ya que recordaba haberle oído llamarle, aunque no estaba seguro en principio si fue parte de su sueño no, pero por lo visto debía haberle despertado al verlo pasar mal en sueños, cosa que le agradecía. Aunque no importaba el hecho de la pesadilla como tal, sino el haber despertado con éste a su lado, recibiéndole de aquella agradable y grata manera. -Me alegro que haya descansado bien, yo también lo he hecho, pese a la pesadilla- dijo estirándose un poco, no de forma demasiado evidente para no ser maleducado, bostezándose luego de llevarse la mano a la boca y mirando a éste. Verle tan natural le animaba, y la tentaba también a ser más natural con éste, aunque seguía siendo su superior, uno con quien había dormido dos veces, una de esas veces con sexo incluido. Se ruborizó  tragó saliva.

-¿Cocinarle yo?- se sorprende un poco ya que no sabría que cocinar, no es que esas cosas se le dieran demasiado bien. Sintió la caricia en su cabello y se le quedó mirando, pensando que era un hombre muy bello y extremedamente atrayente. -Puedo ver que le preparo, ¿le apetece algo en especial?- dijo finalmente, decidido a intentarlo, a fin de cuentas no podía negarse, no solo por ser su superior, sino porque el día anterior fue éste quien cocinó. La pregunta sobre su cuerpo hace que se ruboriza, asintiendo con la cabeza. -Sí, me siento enteramente de maravilla- dijo moviéndose un poco, ya no sentía molestias de ningún tipo. -Gracias por el interés- dijo sincero y algo azorado. -Vale, vamos a lavarnos- dijo levantándose de la cama. -Si quiere puede ir antes y yo hago ambas camas de mientras- dijo con una sonrisa.

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