miércoles, 28 de agosto de 2013

Estaba sufriendo de aquellas pesadillas, cosa que solía ser lo normal, era  frecuente tener pesadillas en una vida que se vivía con el terror de los titanes asechando, aunque él los odiaba más de lo que los temía. Otra veces soñaba que era un titan y que perdía el control hasta el punto de que hacía daño a sus amigos, eso era incitado sobre todo al conocer que ataco a Mikasa cuando estuvo en su apariencia de titan, era algo que le carcomía y le hacía sentirse culpable, por mucho que no hubiera sucedido nada grave y que tuvieran que lamentar de verdad, sencillamente era algo que no se perdonaba y que le provocaba ese tipo de pesadillas. Y ahora se encontraba agitándose en la cama con angustia hasta que empezó a oír la voz de Rivaille, calmándose un poco y empezando a abrir sus ojos húmedos, ladeando la cabeza y viendo frente a si el rostro del sargento, que le miraba con cierta preocupación. Se ruborizó al verle tan cercano, recordando lo que había pasado e incorporándose deprisa, restregándose y notando húmedas sus mejillas, avergonzándose por eso, no le gustaba llorar delante de la gente, aunque era algo que le costaba evitar cuando le daban las ganas. 

-Lo siento- murmuró incorporándose para quedar sentado en la cama, suspirando y mirando a éste. -Parece que he tenido una pesadilla...- dijo en voz baja, ahora la pesadilla no le importaba, nunca daba mucha importancia a esas cosas, ahora lo que tenia en la cabeza era que no sabía demasiado como debía actuar con Rivaille luego de todo, era algo confuso, aunque le miró nuevamente y esbozó una sonrisa. -Buenos días, espero que haya descansado bien. ¿Tiene hambre?- preguntó sintiendo él mismo ganas de desayunar. 

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