viernes, 16 de agosto de 2013

Esa noche iba a ser difícil conciliar el sueño. Ocasionalmente abría mis ojos para observar a Eren. Al parecer llegado un momento comienza a tener pesadillas y se retuerce. Yo quise ser extra precavido, de modo que hice como le dije, y mientras estuviese dormido le até estando muy al pendiente. Si uno se detiene a pensarlo con la cabeza fría, no hay cadenas que puedan solucionar lo que pasará a su cuerpo de sufrir una transformación de humano a titan. Pues su cuerpo, huesos y extremidades se ensancharían inevitablemente rompiéndo a las mismas. Así que, ¿qué caso tenía encadenarlo? Bien sabía que la respuesta era ninguno, pero al menos atarlo me ayudaría a ganar algo de tiempo para distinguir su cambio y estar listo para atacar ni bien acabando de hacerlo en caso de que hiciera falta. Tampoco es que no supiera que como titan había sido de gran ayuda y podía seguirlo siendo, pero no se puede tener la absoluta certeza, ya que antes se supo que no reconoció a sus compañeros y amigos de la infancia. De modo que estar extra precavido era lo mejor en estos casos.

De esa forma transcurrió toda la noche, Eren aparentemente no despertaba de sus pesadillas y me sentía muy tenso. finalmente llegó la mañana y ya todos se habían marchado. Ahora estabamos solos. Caigo en cuenta de esto con demasiada intensidad al ver a Eren ya sin luchar debido a sus pesadillas y tan dócil con sus ojos cerrados que abro los míos con desmesura tras descubrirme tomándole del mentón y acercándole mis labios.

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