Finalmente pudo quedarse dormido, a fin de cuentas pese a toda la tensión y demás estaba muy cansado de todo el día limpiando y de un lado para otro, por lo que el sueño acabó venciéndole, aunque no tuvo un sueño tranquilo, se la pasó teniendo horribles pesadillas, toda referente a los titanes, la muerte de sus compañeros en la lucha contra los titanes, aunque sobre todo era la muerte de su madre lo que más le atormentaba, fue el suceso que más marcó su vida, que le hizo llenarse de esa rabia en pos de venganza, de acabar con los titanes, de buscar la salvación para la humanidad, debían hacer algo. No era extraño aquello, por supuesto, no creía que nadie que hubiera visto a los titanes de cerca pudiera librarse de tener pesadillas al respecto, y más si aquellas personas habían presenciado como esos seres devoraban a humanos, a compañeros, amigos, familiares, era imposible, era perturbador, horrible.
Pese a todo no llegó a despertarse debido a sus pesadillas, y siquiera notó como Levi le encadenada donde estaba por precaución, simular a cuando despertó aquella vez en la celda aquella. Despertó finalmente cuando se hizo de día, soltando un pequeño gruñido suave y entreabriendo los ojos lentamente. Lo primero que le vio le pilló totalmente por sorpresa, pues tenía el rostro impasible de Levi delante de sí, demasiado cerca de su propios rostro, con sus labios entreabiertos, quedándose unos segundos atontado ante aquella imagen, más dormido que despierto, sin ser capaz de reaccionar inmediatamente. Casi podía sentir el aliento de éste ante la poca distancia que había entre ambos.
Aunque cuando se despejó un poco lanzó un especie de grito, sonrojándose, tratando de apartarse y salir de la cama, pero notando sus muñecas encadenados a esos postes que habían a cada lado de su futón, parpadeando sorprendido y sin apenas poder apartarse, ¿en qué momento le había encadenado? ¿Y por qué se había acercado tanto? Bueno, seguramente solamente iba a despertarle. -L-lo siento, sargento, me sobresaltó así de pronto- murmuró jadeando levemente por los nervios, avergonzado. -¿Buenos.... días?- no sabia de que humor se había levantado éste, su mirada era la de siempre.
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