miércoles, 14 de agosto de 2013

Debía admitirme a mí mismo que me gustaba lograr ese tipo de reacción en Eren con tan solo verme. Parecía una especie de animal asustadizo. Ese era el problema, aunque pareciese uno inofensivo, simplemente era todo lo contrario y no debía olvidarlo por más que aparentase otra cosa. En cualquier momento podría desatar su poder de titán y matarnos a todos. No es que confíe en él, es simplemente que me conviene tenerlo conmigo por el momento.

Sin decir nada comencé a inspeccionar paseando mi dedo enguantado de blanco por los rincones más inesperados, buscando especialmente algún fallo en especial en Eren. Pero fue no había caso si él mismo había ya admitido que aún no acababa del todo.
- Eso es evidente. - Me limité a decir con expresión cansina.
- Te daré una mano, no soporto la suciedad ni el desorden. Los detesto tanto o más que a los mismos titanes... - Comenté mientras cogí otra escalera manual de madera y la reemplacé por la anterior ya quebrada y me subí en la misma disponiéndome a acabar con el polvo y los gérmenes cuanto antes, pero antes extraje de uno de los bolsillos de mi delantal blanco una mascarilla y un par de guantes lanzándoselos a Eren.
- No me importa que enfermes y mueras, pero si lo haces acabarás enfermando a todos, así que usalos. - Le ordené sin dar lugar a replica alguna y en menos de lo que cualquiera hubiese tardado en hacerlo ya había dejado aquella estantería impecable, tanto que incluso destellaba inmaculada. En ese momento escucho el crujir de la madera bajo mis pies y supe lo que iba a ocurrir. Esta vez soy quien cae debido a lo vieja de la madera. Solo que esta vez he caido nada más y nada menos que sobre Eren y mis labios accidentalmente fueron a dar sobre los suyos en un intenso y brusco frote. Lo próximo que se escucha es un golpe en seco. Al principio pensaba que sería mi puño estrellándose contra la cara de Eren, pero luego me percaté de que la estantería a nuestras espaldas nos había caído encima de mis espaldas presionándonos de forma insoportable, tanto que pude sentir el latir de su corazón y su sexo marcándose contra el mío. Seguido a ello reacciono empujándo la estantería y viendola partirse a la mitad para acto seguido ponerme de pie sin percatarme sino hasta ese entonces lleno de rabia conmigo mismo y con la extraña situación de que había sufrido una alteración física en ciera parte baja de mi cuerpo y notar que el sabor de los labios de Eren me había, ¿gustado?  Entonces me percaté con la cabeza fría que era culpa de la situación y nada más. De modo que me volteé para verle y lejos de lo que yo esperaba aún esa imágen que yacía ante mis ojos me contunuó sedujendo. No, no podía ser que un titan me...Me horroricé y abrí mis ojos unos instantes volviendolos a su estado usual.
- Si alguna vez lo comentas con alguien te juro que te sacaré la mierda sin titubear. - Le amenacé muy en serio y me di la vuelta.
- Cuando regrese espero que todo esté impecable. - Dije marchándome de allí sin saber qué demonios había sido aquello para nada normal en mí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario