viernes, 30 de agosto de 2013

Cuando se encontraba así de excitado se desinhibía mucho, no totalmente, aun era inexperto en aquellos temas y se dejaba llevar bastante por el mayor, deseando que le hiciera experimentar todas aquellas nuevas y placenteras sensaciones, dejándose llevar por completo y con confianza, deseoso de sentir todo lo que éste tuviera que provocarle. Y por eso mismo no tuvo reparos en pedirle que le penetrara cuando éste se lo pidió, siendo algo que tenía pensado hacer si Levi se demoraba demasiado en introducirse en su interior, aunque estaba claro que ambos lo estaban deseando desesperadamente. En momentos así deseaba que los otros tardaran mucho más en volver, deseoso de momentos de intimidad como aquellos, ¿quien sabe cuando podrían estar juntos cuando los demás estuvieran ahí? Espero que no acabara aquello entonces, pero igual había que tener mucho cuidado por no ser descubiertos por nadie, podrían tener problemas en ese caso, y lo último que quería era tener impedimentos en aquella relación.

Cuando Levi se hundió en su interior emitió un fuerte gemido, jadeando con la frente ahora pegada al suelo, sintiendo como éste se terminaba de hundir en su interior y moviendo suavemente las caderas para incitarle a no tardar en moverse. La mano de éste además apretaba su miembro fuerte, haciendo que temblara un poco, soltando su nalga y alzando la mano para llevarla atrás, acariciándole el cuello y el cabello lentamente, entre jadeos y gemidos, ladeando la cabeza para poder verle. Su rostro placentero y sudoroso le pareció más que irresistible, ¿era consciente de lo deseable que resultaba? Se preguntaba cuantos le deseaban, y se preguntaba si éste había tenido o tenía más relaciones de ese tipo, aunque no iba a pensar ahora en eso, quería disfrutarlo. 

Las embestidas llegaron por fin y se movió a su ritmo, soltando gemidos que subían de volumen cuando éste incrementaba el ritmo o la fuerza de sus embestidas, aun acariciando su cabello y cuello, deslizando los dedos por su nuca y también por su rostro. -Se siente muy bien...- susurró placenteramente. -¿Lo disfruta, sargento?- se mordió los labios, incitador, acercándose a sus labios para besarle con fuerza y pasión, presionando su cabello.

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