miércoles, 28 de agosto de 2013

Ante aquella respuesta el mayor le abraza, cerrando los ojos, sintiéndose bien de aquella manera, entre sus brazos, sonriendo al saber que eso era lo que deseaba el mayor, que fuera suyo, para siempre al parecer. Ahora sentía las cosas desde mejor perspectiva, después de la discusión se había sentido francamente mal al pensarse demasiado alejado de pronto de éste, no era eso lo que deseaba, no estaba seguro de cuanto deseaba exactamente, solamente era consciente de que le quería cerca, tan cerca como estaban en ese momento, y tan cerca como estuvieran anoche, era todo lo que necesitaba de verdad. Se quedó de aquella manera, disfrutando de su calor, antes no se hubiera imaginado que fuera tan cálido, con el carácter que tenía y demás, pero su cuerpo era cálido, y no solo su cuerpo, lo era enteramente. 

Abre los ojos para verle cuando le dice aquellas palabras, no necesitaba que le dijera eso, no iba a pasar, éste fue el primero e iba a ser el único. -No necesita pedirme eso... nunca dejaría que otro estuviera conmigo como usted...- dijo en voz baja y con las mejillas rojas, acabando por cerrar nuevamente los ojos, al igual que éste. Sintió la mano de éste sobre su mejilla, siendo su piel acariciada, esbozando una sonrisa suave, le gustaba aquella sensación, sus caricias eran agradables. -Está bien... no me cansaré de decírselo entonces, si oírlo le gusta...- dijo en voz baja, acercándose éste y escondiendo su rostro en cuello de éste, suspirando y relajándose un poco de aquella manera. -Aunque nunca... nunca dude de ello- añadió más bajo todavía, aunque estaban muy cerca, claro que era audible para Rivaille.

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