sábado, 14 de septiembre de 2013

Me marchaba de ahí pero no llegué a dar suficientes pasos cuando escuché la voz de Eren formulando quella pregunta. Por supuesto, aunque lo hubiese dicho en voz baja le escuché, era imposible no hacerlo con tanto silencio y con mi atención puesta en él, especialmente en estos momentos. De modo que aunque estaba de espaldas giré mi rostro y parte de mi torso para mirarle y comprobar que en el suyo sus mejillas arden haciendole lucir exquisito.

Este chico...

Me vuelvo a girar dandole la espalda.

No sabe cuanto me provoca.

Sonrío sin que pueda verme.
- Sígueme. - Vuelvo a caminar imaginándole seguirme mientras mis pasos nos dirigen al baño.

Una vez ahí me despojé de mis ropas sin mirarle, pues el simple hecho de hacerlo me respresenta algo irresistible y no quiero que se note que se ha vuelto una debilidad inegable para mí. De modo que al abrir las llaves del agua y verla correr tras regular su temperatura hasta hacerla agradable ingreso a la ducha y dejo que el agua me acaricie un rato intentando que mi cuerpo se relajase en lo posible, para entonces comenzar a ducharme. 

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