Esa cara que ha hecho al escuchar lo que le dije fue de lo mejor. Esperaba que alguna vez me confesase sus sentimientos, deseaba secretamente que lo hiciera... Luego esa otra cara que volvió a hacer me hizo dudar en decirle alguna cosa, pero pronto empezó a hablar diciéndome lo que pensaba. Era precisamente lo que yo deseaba escuchar y mucho más. De modo que cuando mordió mis labios poniendose tremendamente rojo le tomé por las muñecas poniendome sobre él y dejando su espalda contra el frío suelo, mirandole muy de cerca.
- Así será entonces. - Mordí sus labios y los lamí.
- Eren ahora me perteneces y yo también te pertenezco. - Reconocí en voz alta y continué mordiqueando esos suaves labios y los succioné atrapandolos en un intenso beso. Yo sé lo que siento, pero no lo diré, no a menos que Eren lo haga primero, y eso si lo llega a hacer. Por el momento estamos bien así, y a plenitud hasta que regresen los otros.
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