Se encontraba limpiando aquella habitación de la que le habían encargado la limpieza vestido con aquel atuendo que estaban llevando todos para ocuparse de aquella tarea. Se encontraba en aquel refugio en las que el Escuadrón de Exploración habían decidido asentar hasta que hubieran nuevas órdenes, un lugar que al parecer había estado abandonado hasta que llegaron, por lo que todo estaba sucio y lleno de polvo. Había descubierto que el sargento Rivaille era un especie de obseso de la limpieza, pues eso había demostrado nada más llegar y eso mismo había estado oyendo comentar a los demás miembros de su escuadrón. Se encontraba limpiando exhaustivamente con temor a levantar su ira si no le gustaba el resultado, el sargento era una persona con un carácter muy difícil, y ya había mostrado no tener ningún reparo en descargar su violencia sobre él. Ante el pensamiento sintió un escalofrío, ¿qué si sentía temor hacia ese hombre? Bueno, en parte, sí, aunque a la vez sentía una profunda admiración hacia ese hombre, a la par que sabía que le debía el estar ahí ahora mismo.
Si no hubiera sido por la intervención de el sargento durante su juicio quien sabe que hubiera pensado, pues desde el comienzo había tenido las de perder, y aquello hubiera supuesto su muerte. Que Rivaille interviniera, aunque fuera del modo en el que lo hizo, ayudó a su causa y a acabar bajo custodia del escuadrón de reconocimiento y exploración. Cosa que desde siempre había sido su meta, y finalmente estaba allí. La verdad es que le debía mucho al sargento, por eso no le tenía resentimiento ni nada, entendía sus razones, vale que lo mismo se pasaba de la ralla, pero aun así le respetaba. Intentaba no molestarle y serle de ayuda, ser educado y obediente, además de que no dejaba de ser un superior, a fin de cuentas era su deber.
Ahora se sentía nervioso más que nada por su situación, todo había dado un giro inesperado en muy poco tiempo, el descubrimiento de que podía convertirse en titan era algo que aun le turbaba, y el no saber que era lo que pasaría ahora era otra cosa. ¿Qué esperaban allí de él? Hasta el momento no le habían dicho mucho, estaban ahí todos ocupados con la tarea de limpieza sin más, todo en un ambiente muy relajado. Por suerte los demás eran bastante agradables, muy amigables, algunos más que otros, pero la verdad es que ayudaba bastante con lo nervioso que estaba con tanto cambio. También pensaba mucho en sus amigos, Armin y Mikasa, se preguntaba como les iría, conociendo a Mikasa debía estar muy preocupada por él. Se preguntaba cuando podría volver a verles.
Suspiró mientras se subía a una escalera y se dedicaba a limpiar una estantería, dedicándose concienzudamente a la limpieza de esa habitación. Según le dijeron dormiría en el sótano, no era agradable la idea, pero entendía que tuvieran cierto miedo a sus habilidades, incluso él mismo lo tenía.
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