Pese a lo extraño de aquella situación, eso de tenerle sorpresivamente tan cerca nada más despertar, trató de ignorar ese hormigueo que sintió en su estómago, esos nervios que le hacía sentir sobre todo después del incidente de ayer, y que justo después de aquello vieran tan cerca los labios de éste de los suyos propios. Pero trató de actuar con normalidad, tragando saliva, queriendo disimular, la verdad es que le avergonzaban tanto sus propias emociones que por nada del mundo quisiera que éste se diera cuenta de ello. ¿Qué pasaba si le daba por pensar que su comportamiento era debido al beso? ¿Y si le daba por pensar que acaso aquel beso le gustó? El pensamiento le aturdió a sí mismo, ¿acaso era eso, le gustó el beso que se dieron por accidente? El pensamiento le aturdió, no entendía aquello y trató de negárselo a sí mismo, no era eso, solo se había confundido al ser su primer "beso".
Pero aunque trató de disimular se sorprendió cuando notó aquel roce en sus labios, mirando sorprendido a Rivaille, que pasaba los dedos por sus labios de manera suave, enrojeciendo de manera evidente y temblando ligeramente ante su tacto, ¿a qué diablos venía eso? Le oyó preguntarle en que pensaba y seguidamente como le apretaba las mejillas, parpadeando confuso y ruborizado. -N-no pensaba- respondió sintiéndose idiota ante una respuesta tan tonta, tragando saliva y negando. -No sé a que te refieres- hablaba ligeramente dificultoso por como éste le apretaba las mejillas, ¿por qué... le tocaba? La pregunta le hizo entender un poco la situación de porqué le había encadenado, sabía que tuvo pesadillas aquella noche, ¿hizo ruido o habló dormido acaso? -Solo tenía pesadillas... ¿es raro acaso?- contestó con un tono algo rebelde, no creía ser el único de allí que tenía frecuentes pesadillas por las noches, le parecía normal, tal vez porque tenía esos sueños desde la muerte de su madre, estaba totalmente habituado. -Lo lamento si le he importunado esta noche, señor- murmuró aun con aquella pequeña dificultad, viendo al mayor demasiado cerca de su rostro, que le devolvía la mirada frío. -¿Puede soltarme?- preguntó con nerviosismo, pensando solamente en salir de ahí, aunque sin darse cuenta se fijó en los labios de éste, recordando el roce de sus labios, solo consiguiendo enrojecer más. -Por favor- añadió.
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