No hay forma en la que pueda conciliar el sueño como de costumbre. Mis pensamientos insisten en recordar ese momento en el que tras un simple accidente sentí los labios de Eren y su cuerpo apretado contra el mío de forma intensa así como su olor. ¿Acaso me ponía por causa de un accidente? Era claro que debía centrarme en lo importante y dejar aquello de lado, pero me resultaba casi imposible cuando parece que incluso estoy obsesionado con Eren, con que me confunda con eso de ser un titan y a la vez quererlos derrotar, y ahora encima con esto... No necesito una nueva obsesión por su casua. Le acabaré detestando por ver este tipo de pensamientos instalados en mi cabeza y otros sentidos alerta en mi cuerpo.
Me mira, enrojece ahora cada vz que lo hace. Debe estar abochornado de lo ocurrido. Aún así me dirige la palabra siendo quien corte con el silencio entre ambos y me desea buenas noches.
- No creo que lo sean, ya que por causa de estar vigilándote constantemente no podré pegar bien mis ojos. - Mentí un poco, pues aparte de eso era por otras razones. Razones que me molestaban, que debía suprimir. Era mejor si le caía mal, era mucho mejor si empezaba a ser un cabronazo sin la justificación de que era para salvarle, tal y como en aquél juicio. Pero tampoco deseaba desatar su ira y hacerle transformar en titan y me preguntaba ¿a qué se debía? ¿Acaso Eren me agrada? Era lo único que me faltaba para completar todo este extraño asunto...
- Pero en todo caso, buenas noches para ti. - Cerré mis ojos por unos instantes con tal de abandonarme y no pensar.
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