martes, 27 de agosto de 2013

Me hacía sentir extremadamente contrariado su forma tan confusa y a la vez segura de responder.
- Levántate y ayudame a lavar las cosas. - Repentinamente me hacía sentir ganas de ir hacia él no tan solo por su disposición, me daba cuenta, de a poco, que yo quería ser el dueño de Eren en lo absoluto, tanto de su cuerpo como de sus deseos y de sus pensamientos, de absolutamente todo.

En momentos como este me preguntaba si tardaría mucho en regresar el pelotón de su viaje de exploración o si lo harían en cualquier instante en el que menos nos lo esperásemos. Mientras pensaba esto iba guardando las sobras para poder comerlas luego sin necesidad de que volviese a cocinar alguien o de comer cualquier cosa de esas que sirven a veces en el ejército... Y me puse a lavar los trastes dejándo que Eren los secase y guardase.
- Hay un libro de estrategias que quiero que leas. Pienso que es importante para tu desarrollo aquí. - Comenté al acabar la tarea mientras me dirigía a la biblioteca esperando que Eren me siguiese. Ya comenzaba a oscurecer, de modo que ayudado de antorchas fuimos iluminando estratégicamente los lugares que frecuentaríamos y que frecuentaría el escuadrón si reapareciese en algún momento. Al llegar a la biblioteca del lugar e iluminarlo debidamente fui a buscarle un libro de estrategias que había visto anteriormente mientras realizaba la limpieza y que separé especialmente teniendo en mente explicar algunas de ellas llegado el momento, pues me parecieron de utilidad incluso para mí, y esperaba que también lo pudieran ser para Eren. Después de todo no había que olvidar que debemos mantenernos siempre alerta. Aunque últimamente incluso yo parezco demasiado distraido...
- Aquí tienes, lee al lemnos los primeros cuatro capítulos y cuando acabes ven a darme tu informe analítico. Yo iré a hacer unas rondas y a alimentar al ganado. - Tras decirle eso me fui a hacer lo que le dije caminando por pasillos llenos de oscuridad sin temor y en cambio deseando que el momento de el simple informe llegase pronto.

Al cabo de un par de horas regreso y paso por el lado d ela biblioteca, pero sin entrar, y en cambio me dirijo hacia el baño de la habitación que comparto con Eren a darme uno y cambiarme con algo más comodo, preguntándome si Eren no demoraría en hacer lo que le pedí o tendría que acabar llamándole la atención, cosa que no querrí, pero que sin duda haría de ser necesario y no ver cumplida mi orden.

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