viernes, 30 de agosto de 2013

Eren me excitaba tanto con su propia excitación que era increíble. Tan solo escucharle gemir, sentir su cuerpo vibrar y estremecerse, su sexo humedecerse incontenible, palpitante, su cuerpo ponerse tan ardiente era algo que me sofocaba de placer. Mis dedos en su interior hacían estragos y mi boca y lengua se encargaban de lamer y succionar bien su endurecido miembro. Me resultaba dulce, delicioso. Este muchacho era verdaderamente una maravilla en todos los sentidos, pues a su vez me complacía con sus manos y dedos de forma cada evz más hablidosa. Se estaba volviendo muy bueno con esto, y no conforme a ello de pronto le empecé a sentir lamerme. No voy a mentir, era lo que deseaba que ocurrira, pero así, por voluntad propia, al menos la primera vez, pues necesitaba saber que realmente sería capaz porque le gusta. Entonces lo mete en su boca volviendome completamente loco al hacerlo.
!Mh!... Joder... Eren - Exclamé inevitablemente sacándome la erección de Eren unos instantes para verle mientras lo hacía. Era tan jodidamente sensual y bueno que me daban ganas de tomar su cabello y eso hice, con una mano le acaricié y con la otra continué hurgando con mis dedos dentro de su apretado, caliente y grandioso culo volviendo a meterme su erección a la boca. Ahora ambos nos damos una mamada mútua del cielo e infirno juntos.

 Quería enloquecerle al límite pero resulté siendo eloquecido del mismo modo, pues al estarle haciendo aquellas cosas a Eren triplificaba mi propia excitación. Pero deseaba sentirle y en algún momento detuve nuestros actos retirando nuevamente el miembro de Eren de mis labios y a su vez haciéndole retirarse el mío de los suyos mientras mis dedos finalmente abandonaban su interior. Entonces me posicioné a sus espaldas estando ambos de costado y alcé su pierna pasándola por uno de mis codos para pillarla de tal forma que permaneciese elevada, tras lo cual le estrego un poco mi miembro entre sus nalgas jadeando sobre su cuello, lamiéndoselo y tomando su miembro para pajearlo mientras lo hacía.
- Dime que lo quieres dentro, píde y suplica que te lo meta... - Deslicé mi lengua tras usu oreja sintiendo como mi punta y el resto de mi falo se frotaban contra su entrada ocasionalmente, y yo por mi parte seguía lamiendo su cuello y oreja deseoso romper su culo.

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