Eren me estaba torturando a causa de tanto placer que era insoportable ya como para poderlo seguir resistiendo por mucho más tiempo. Temblaba todo mi cuerpo y me estremecía en aquel poderoso orgasmo. fue entonces cuando Eren no demoró en acompañarme corriéndose a penas yo lo hice y gritando con fuerza aquel estruendoso gemido, viertiéndose en ambos vientres y en mi mano con potencia, y haciendo que esa forma de llamarme resonase como nunca en mi psqiquis. Por dios que aquello sí que había sido intenso.
Ambos nos encontrabamos ahroa jadeantes y Eren se había dejado caer sobr emi ;pecho tras haberme mostrado a penas hace unos segundos atrás su rostro y cuerpo convulsionantes de placer, y aún quedaban rastros de tales convulsiones leves como pequeñas descargas eléctricas que le recorrían todo el cuerpo estando así sobre mí. Yo también me encontraba del mismo modo y llevé mi mano sobre su cabello hundiendo mis dedos y atrayéndole para robarle un beso final dejandome abandonar por unos segndos en los que me recuperaba de tales sensaciones. Mi miembro poco a poco iba abandonando su interior y al hacelro sentí como mi semen se derramaba saliendo de su entrada y regandose por mis testículos y muslos de forma muy cálida. Podía también sentir todo su cuerpo palpitando mientras iba calmandose y reposaba de todo lo anterior así como la violencia de sus latidos en su pecho, y a mi vez sintiendome del mismo modo.
- Estuviste grandioso... - Lo elogié sin intentar ocultarselo bajo ninguna circumstancia.
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