Disfrutaba de su cuerpo, de sentirle tan caliente, del sabor y olor de su piel, de sus cabellos, de su voz, de su lengua, de sus pezones, de sus jadeos, de su mirada perdida y excitante, del interior de su culo que se deshace entre mis dedos, y lo disfrutaba con intenso placer.
Inicialmente no respondió a mis posesivas preguntas respecto a su ser y a pertenecerme. Sabía que le deolía, pero pensaba que comparado con el entrenamiento que está acostumbrado a recibir que implica pasar por dolor, y además cada vez que debe transformarse en titan y lo de sus heridas par alograrlo y esas otras al no lograrlo este tipo de distinto dolor se le pasaría tan pronto que no lo recordaría. De ese modo fue como ocurrió, pues en poco tiempo movía sus caderas comenzando a gemir y finalmente me responde afirmativamente a aquello de pertenecerme mirándome y mostrándome esos ojos que me tandto me gustan.
Besaba desesperadamente su cuello, mordisqueaba su oreja al subir y deslizaba mi lengua detrás de esta jadeando cerca de su oído.
- Tomaré de ahora en adelante tu cuerpo Eren, porque tú mismo me has confirmado que es mío, que me perteneces por completo... - Mordí su cuello de arriba hacia abajo a ese costado del mismo luego de hablarle en su oído, tras lo cual le hice abrazárme con sus piernas y me posicioné muye bien entre ellas y le retiré mis dedos de su interior reemplazándolos por la punta de mi erección estregándosela de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba con rapidéz. Entonces busqué sus labios y los lamí.
- No muerdas tus labios, muerde los míos. - Tras decirle esto me presioné mi glande contra su entrada con calma hasta lográrla atravesar.
- Hazlo... te lo ordeno... - Me empecé a deslizar sin detenerme hasta hacerlo por completo, sintiendome muy dentro suyo y estremeciéndome del placer que me produjo tal sensación de su tremenda estrechés, pálpitos, intenso calor interior, la dureza de su extrerior sintieéndose en contraste sobre mi abdómen y a todo su apretado cuerpo cual si se quebrase ante el mío. Era una sensación poderosamente indescriptible, como nada que jamás hubiese imaginado experimentar, y al poco tiempo ya estaba moviéndome y haciéndole sentirme y frotándome dentro de su delicioso cuerpo.
Finalmante esperaba sentirle morderme tan fuerte que realmente acabara partiéndome la carne, y que fuera por puro instint, pues aunque así fuera iba a acabar cumpliendo mi órden mientras no podía disfrutar más de hacérsela cumplir en ningun otro modo como con este.
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