Adoraba aquella forma de gemir por causa de mis acciones. Aquello había sido un gemido tan placentero que aún resonaba en mis oídos mientras poseo su lengua con avidez. Entonces se aparta abriendo sus enormes ojos verdes y preguntando en una obvia mezcla de deseo y confusión de su parte un porque. Pero no se detiene y retoma su labor haciéndome desear retruibuírsela. De inmediato me termino de desnudar sacandome aquel estorboso boxzer y lo que me quedaba de la camisa abierta y me siento con él sobre mis piernas, ayudándole a acomodarse mejor sobre ellas, tras lo cual tomé su miembro y lo empecé a masajear del mismo modo en que deseaba sentirle hacérmelo. Pero el modo en el que deseaba sentirlo y el modo en el que realmente lo hacía resultaba en que la segunda superaba a la primera. Esto era debido a que adoraba saberme el primero en ser su objeto de experimentación, pues para mí no podría haber nada más caliente que saberme tomando sus primeras veces. De modo que procuraba deslizar mi dedo pulgar por su glande y acariciar en circulos su oroficio que humedecía y empapaba mi mano con su humedad deslizandose hacia abajo del mismo.
- Desde ahora en adelante eres mío Eren... - Deslizo mi lengua por entre sus labios y paseo la punta de su miembro estregándola a la punta del mío empuñada pro su mano.
- Y esto ten por seguro que no parará, por lo que te recomiendo mantener nuestro pequeño secreto... - Succiono sus labios mordisqueandolos, tirando de ellos no de forma brusca, pero tampoco de forma delicada, simplemente pasional.
- Harás todo cuanto yo te diga sin protestar... - En ese momento muerdo su mentón y deslizo mi lengua hacia arriba llegando nuevamente a sus labios.
- Dame tu lengua para que pueda jugar a gusto con ella... - Aguardaba a que me obedeciese ya incapás de pensar de forma razonable bajo ninguna circumstancia debido a lo caliente que estaban nuestros cuerpos y al modo en que le estaba sientiendo tan ítimamente.
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