martes, 27 de agosto de 2013

Tras haber tomado la calma necesaria y ordenado mis ideas regresé a enfrentarme a Eren y encontrándolo en la cama de espaldas mientras unos sollozos se oían.  No sabía con cual Eren me encotnraría, pero quería desesperadamente que fuera ese que se había entrago a mí de aquella forma y había dicho que era mío con tal devoción, eso era lo único que tenía claro. No, tenía todo claro, deseaba que Eren sintiera que no se arrepentía y me guardaría mi orgullo.

Me senté sobre la cama y le miré y miré por mucho rato.
- Siento mucho no haberte respondido. Te pido una disculpa, a veces estas cosas son así, no pretendía que comprendieras cuando no suelo dar explicaciones concretas a mis actos por no estimarlas necesarias, pues lo que en verdad valoro es la confianza, y puse a prueba la tuya apostandolo todo sin medir las conseciencias. - Ya no sabía que más decirle o si siquiera debía haberle dicho algo. Mi cuerpo se sentía pesado y me puse de pie para irme a mi cama, que estaba al lado de la suya sentandome de espaldas a Eren. Le ofendí aunque no haya sido mi verdadera intención,  y me importaba, es lo que había dicho, y era porque realmente así lo sentía. Tras unos segundos me acuesto del mismo ángulo, pues ya era muy tarde, aunque sabía que no iba a poder dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario