- Porque yo lo digo. - Respondí a su pregunta de porque tan despacio, pues ante cualquier situación no pensaba perder mi autoridad. Así e scomo se manejan las cosas en el ejército, y el lo comprendió desde el primer instante, como todos. Entonces dice que va y se pone de pie procediendo a retirar su ropa interior del modo que se lo ordené. En ese momento me había dado cuenta cuan duro me he puesto y acepté d euna vez que hago todo esto debido a lo mucho que deseo a Eren. Mis ojos destellaban al sensual cuerpo desnudo con esa camisa desabotonada. Es sensillamente provocador, tan alto, tan bien formado, tan esbelto, tan hermoso que provocaba corromperle.
Me obedece y acto seguido sube colocandose encima mio con ambas piernas a ambos costados, justo con sus nalgas desnudas sobre mi boxer que resguardaba mi dura erección que podía sentirle de esa manera.
- Mírame a los ojos. - Le ordené deseando que no me privase de su inmensa y verde mirada, fuese cual fuese la forma en la que me la ofreciese, pues simplemente gustaba de ella. Eran tan... expresiva.
- Morderás hasta que partas mi carne, si te detienes antes de hacer eso, te castigaré en cuanto me reponga. - Le prometí con el tono de voz más suave que poseo.
- Adelante. - Dije finalmente hablandole con mis labios sobre su cuello, aspirando su delicioso olor, pues es más alto que yo, y aún así, es simplemente arrebatador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario