Me sentí conforme al escucharle decir que confiase en él.
- Lo haré. - Dije muy en serio. Comprendía ahora que fue extraño sentir que me gustaba que se pusiera nervioso ante mí, porque ahora solamente deseaba su confianza, aunque era normal, lo necesito, es decir, todos lo necesitamos...
- Descuida, confío en que la próxima vez ambos estemos más alerta. - En ese momento obervaba como también ahora curaba mi brazo haciéndolo con la misma prontitud y eficacia.
- Veo que tu entrenamiento no fue en balde. Este también te quedó del modo correcto. - Le elogié una vez más. Y cuando me preguntó cómo me siento y si había algo más que necesite no pude evitar que por mi mente pasase el recuerdo de el día anterio.
- Te ofrezco una sincera disculpa por mi actitud ante aquél accidentado suceso de ayer. Comprendo que lo más lógico era que no deseases contarlo a nadie e hice mal en amenazarte de aquella forma. No tengo nada en contra tuyo Eren, lejos de lo que puedas haber pensado, simplemente a veces soy así... Entiendo si por culpa de eso he arruinado una confianza que debí haber fomentado. De no haberlo hecho te invitaría a jugar cartas o ajedréz o a leer alguna cosa instructiva y de provecho para pasar el rato en estas condiciones. - Más sincero que eso no podía ser, pero sentía que Eren se lo había ganado.
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